¿Por qué el dengue es más agresivo con los niños?

¿Por qué el dengue es más agresivo con los niños?

El pediatra e intensivista neonatal, Cristian Escarfuller, explicó el protocolo para manejar la enfermedad que ha provocado la muerte de diez personas

¿Por qué el dengue es más agresivo con los niños? ¿Ante cuáles señales hay que acudir al médico? ¿Por qué es tan importante el manejo adecuado de los líquidos en los pacientes infectados con el virus? son preguntas recurrentes frente a la epidemia que mantiene abarrotados los establecimientos de salud de pacientes con síntomas sospechosos.

Para responder a esas y otras interrogantes elCaribe conversó con el doctor Cristian Escarfuller Olivo, pediatra perinatólogo e intensivista neonatal del Centro Medico Dominico-Cubano, quien afirma que el dengue es una patología que llegó para quedarse.

La razón de que la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes Aegypti presente picos epidemiológicos cada cierto tiempo tiene que ver con la exposición de la población a sus serotipos, ya que una vez una persona entra en contacto con uno de sus cuatro serotipos se hace inmune a ese serotipo y la incidencia tiende a bajar. Sin embargo, el galeno explica que cuando esos virus mutan o encuentran a una población “virgen” como los niños que nacen cada año, crece el cúmulo de susceptibles que se convierten en presa fácil por su falta de inmunidad y anticuerpos.

El pediatra afirma que muchas veces el dengue puede pasar desapercibido y confundirse con una virosis inespecífica ante la aparición de fiebre de origen inexplicable, por lo que el paciente muchas veces no busca ayuda inmediata lo que podría provocar posibles complicaciones.

Podría pasar desapercibido

En ese sentido, explica que la enfermedad presenta una sintomatología muy variada que va desde hipoactividad o afectación general de ánimo, hasta fiebre alta en pico, es decir que pudiera presentarse durante dos días consecutivos, desaparecer y reaparecer al cuarto día. “Es lo que le llamamos fiebre en silla de montar, o en camello, que sube, baja y vuelve. A eso se le suma, cefalea intensa (dolor de cabeza), sobre todo retroocular, la mialgia, es decir, dolor en las grandes articulaciones, inapetencia, entre otros”.

Es por eso que el especialista recomienda que ante todo caso febril que sobrepase las 48 y 72 horas se debe acudir al médico, quien deberá ordenar un hemograma preferiblemente al tercer día de iniciada la fiebre.

“Decimos el tercer día porque los datos que se obtienen en el hemograma, aparecen justamente al tercer día, con una bajada de plaquetas, que le llamamos plaquetopenia, es decir, la disminución en el conteo de plaquetas. Si se hace antes pudieran subestimarse algunos casos, porque una familia que le hace un hemograma al niño antes del tercer día y ve que todo está bien se descuida y puede que el niño realmente tenga dengue”, dice el doctor Escarfuller, quien en su consulta privada está recibiendo entre cinco y ocho casos.

Explica que el diagnóstico de dengue grave está relacionado con la virulencia del serotipo y las condiciones en que encuentra al huésped, es decir, si se trata de un paciente inmunocomprometido, si es obeso, si tiene menos de un año de vida o padece enfermedades subyacentes, como cardiopatías o infecciones que coinciden y pueden solaparse una con otra.

“La gravedad puede cursar con una afectación del endotelio vascular que es como la túnica que reviste los vasos sanguíneos.
Para que la gente pueda entender, es como si los vasos se picharan, esto supone una disminución del líquido que está dentro de los vasos capilares que es lo que nos mantiene hemodinámicamente estables para que no nos baje la presión, que el gasto cardiaco esté normal, los latidos del corazón…cuando ese líquido se fuga de los vasos capilares y se va a otros espacios como el pulmón, el abdomen, produce hipotensión y es como una especie de circulo vicioso porque el paciente demanda líquido para mantener la presión sanguínea, pero ese líquido se está fugando, se está saliendo del vaso. Es como echarle agua a un jarro pichado y el paciente puede caer en extrema gravedad”, describe.

La enfermedad requiere de un manejo adecuado de líquidos
Es ahí cuando entra en juego lo que los médicos llaman un adecuado “manejo de los líquidos” ya que el paciente corre el riesgo de que todo el líquido suministrado a través de sueros viaje hacia los pulmones y se produzca un derrame pleural o una ascitis masiva, que es la acumulación de líquido en el área que rodea a los órganos en el abdomen.

Frente a ese panorama se impone una correcta aplicación del protocolo, según advierte el doctor Escarfuller.

“Lamentablemente en muchas de nuestras clínicas, sobre todo, no hay unidades de cuidados intensivos suficientes para albergar muchos de estos casos y tienen que improvisar salas de intensivos, que es lo que realmente demanda el paciente, porque esto no demanda de gran tecnología para su tratamiento o medicamentos, sino de una atención muy estrecha de parte del médico y el personal de salud. ¿A qué me refiero? que se le esté tomando la presión constantemente, midiéndole la diuresis media horaria, o sea lo que orina el paciente, control de hemograma y en base a eso hacer un manejo dinámico de líquidos, o sea saber cuándo administro líquido y cuándo no. Ahí está la clave del tratamiento, en conocer las etapas de ese ciclo clínico, de la evolución natural de la enfermedad”.

Dice que muchas veces el cumplimiento del protocolo se ve afectado por el factor económico, ya que aunque el paciente demanda de una atención permanente y personalizada las Administradoras de Riesgos de Salud (ARS) terminan pagando 750 pesos por día de internamiento, sin tomar en cuenta que el médico debe pagar a un asistente para que mantenga un monitoreo de la presión arterial cada una hora y realice la diuresis media horaria. “Si no se manejan así puede haber un fracaso en el manejo y resultados catastróficos porque son pacientes que están hablando y de un momento a otro pueden caer en una hipotensión”.

“La clave es eliminar el vector”

El pediatra perinatólogo afirma que todas las medidas de prevención deben ir orientadas a eliminar el vector, en este caso el mosquito doméstico que pulula dentro y alrededor de las casas, tapando los tanques y eliminando los reservorios de agua estancada como cántaros, cáscaras de huevo y otros recipientes en donde puedan reproducirse las larvas. Dijo que en las escuelas, iglesias o lugares donde se reúnen muchas personas se pueden colocar unos dispositivos eléctricos parecidos a lámparas que disponen de una luz ultravioleta que atrae a los mosquitos y una vez dentro estos mueren por un choque eléctrico.

Alarma
Fiebre. Tras una fiebre alta de origen inexplicable que sobrepase las 48 horas se debe acudir al médico.

6,383
Casos. Hasta el 27 de julio se habían reportado 6,383 casos, incluidos diez fallecimientos confirmados.

 

Fuente: El Caribe

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